En el área de Ponte della Lama en Canosa, una especie de pequeño valle, en el transcurso de cinco siglos (siglos II-VI) se desarrolló un vasto asentamiento sepulcral, compuesto por una verdadera catacumba, llamada de S. Sofía y por una serie de otros asentamientos sepulcrales, tanto hipogeos como insistentes en la superficie.

Este vasto sistema de cementerios está en perfecta armonía con el papel alcanzado por Canosa en el siglo IV como capital de provincia y como centro diocesano de importancia primordial: son testigos y sobreviven a las grandes estructuras monumentales de S. Leucio, del baptisterio de S. Giovanni, del imponente y articulado complejo episcopal, atribuido al empresario obispo Sabino, recientemente adquirido al conocimiento histórico.

Desde 2004 se han realizado campañas de excavación arqueológica para poner de manifiesto estos importantes testimonios, una actividad realizada en colaboración con la Comisión Pontificia de Arqueología Sagrada, la Superintendencia de Patrimonio Arqueológico de Puglia y el Departamento de Estudios Clásicos y Cristianos de la Universidad de Bari.

La intención es sacar a la luz y hacer visitable toda la red de áreas funerarias subterráneas que perforan la cresta de Ponte della Lama mediante la creación de un parque arqueológico (y paisajistico) de gran interés histórico.